La acacia negra, originaria de Australia, fue introducida años atrás por sus cualidades forestales, pero con el tiempo se convirtió en una especie invasora que afecta gravemente a los ecosistemas locales. Su presencia desplaza flora nativa, altera la composición del suelo, reduce la biodiversidad y libera toxinas que afectan otras especies vegetales.
Desde el área de ambiente municipal informaron que este plan contempla la reforestación con árboles nativos y no invasores, con el fin de ofrecer sombra, aire limpio y un entorno propicio para la fauna regional. La acción también busca mejorar la salud del suelo y generar un ambiente más saludable para quienes utilizan el predio.
El reemplazo de acacia negra se realiza de manera gradual y programada, y responde a un criterio de sustentabilidad y planificación ambiental. El municipio destacó que estas tareas se llevan adelante con el respaldo técnico correspondiente, priorizando el cuidado del entorno y de las especies nativas.
La medida se enmarca en una política de gestión ambiental que apunta a la sostenibilidad del espacio público y al resguardo del patrimonio natural del municipio.



